Una de las diseñadoras más famosas por su increíble trabajo casi arquitectónico sin duda es Guo Pei. Ella presentó esta semana una colección con inspiración en elementos que bien podrían ser religiosos y el sountrack tenía energía espiritual.
La modelo principal que cerró el dramático desfile fue Carmen Dell’Orefice, hija de un violinista italiano y una bailarina húngara, esta neoyorquina se ganó la vida cómo pudo en los años 30. Fue bailarina de ballet a los 12 y a los 13 años fue descubierta por un agente en un autobús de camino al trabajo.
Dos años después, era portada de Vogue y desde entonces no a parado, solo este invierno ha protagonizado la campaña de Sephora, H&M o Philip Plein.
Ella junto con Iris Apfel, son grandes ejemplos que una mujer madura puede verse íncreible. El vestido con el cual cerró el desfile fue de color rojo, que se caracteriza por ser imponente y no pasar desapercibido como la emperatriz que lo portó, Carmen Dell’Orefice.
