Rómpase mi más bella ilusión de esta extraña mente, dijo Dios.
Y creó a la mujer y a las flores.
Benoni
Las mentes de los diseñadores son raras. Sincopadas, no lineales. Y es que para llegar a resultados diferentes, los seres extraños como Dios, intuyen y fluyen. Algunos eligen los estupefacientes para adormecer la inteligencia y empezar a intuir y fluir; para esconder el miedo y mostrar aquello en lo que creen. Dios seguramente eligió algún alucinógeno.
Creo que no hay formas de vida que aseguren diseños creativos. Cada quien debe encontrar esa forma excéntrica de vivir. Para algunos como Einstein, la monotonía de una mente tranquila estimula la mente creativa; para cualquier caso, estoy convencido en las palabras del escultor Mathias Goeritz, que afirma que el acto de crear comienza con la intensidad de vivir, de pensar, de sentir, desechar, escoger… el acto de crear comienza con el temor de realizar algo lo menos distinto a lo que uno quiere hacer.
Les comparto este consejo de Max Jacob que a veces me funciona para enrarecerme:
Condición de la belleza: que esté en usted.
Tenga por seguro que la boca habla de la abundancia del corazón. Si posee un corazón bello y un bello cerebro, creará belleza. Los creadores sublimes eran sublimes en su vida.
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