Tú que fuiste, quién fuiste, siendo solo para mí,
Fuiste cadencia con sonrisa de cabello suelto,
Fuiste inocente labial dibujando mi camino,
Fuiste rostro cambiante de nube viajera en vigilia de sueño,
Fuiste cada letra en la pinta de mi memoria,
Fuiste desvelo, muecas y labios.
Tú que fuiste, quién fuiste, siendo solo para mí,
Fuiste un baile, una fogata y un ensayo en el cuaderno,
Fuiste verdad, mentira, fin y principio de la agonía,
Fuiste perversa traviesa diluida entre sombras,
Fuiste ingenua amorosa siempre mirando la salida,
Fuiste todos mis besos en tu vientre.
Tú que fuiste, quién fuiste, siendo solo para mí,
Fuiste cobarde quebranto entre mis manos,
Fuiste preguntas con penas sin respuestas,
Fuiste silencio implacable de tortuoso final,
Fuiste torrente abierto en mi utopía,
Fuiste ausencia recurrente en la nostalgia,
Tú que fuiste, quién fuiste, siendo solo para mí,
Fuiste, sólo fuiste,
Y desde entonces,
Ya nunca más, serás…
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Precioso pero triste 🙂
Hola, Gracias por detenerte, leerlo y por el comentario, y sí coincido contigo, cualquier despedida siempre es un poco triste, más cuando se pasa de ser el futuro prometido, al presente extraño… Aquí seguimos escribiéndonos y leyéndonos.